Tu marca, tus valores

Para que una marca sea reconocible tiene que tener consistencia y coherencia. Esto hará que a los usuarios les sea más fácil identificar y localizar tu marca y que ésta sea capaz de durar décadas calando hondo en el día a día de los consumidores y que forma parte de la sociedad.

Consistencia

Se trata de que la marca repita un patrón en el espacio y el tiempo. La marca mantiene su identidad visual propia y tiene su propia dirección. Para que perdure en el tiempo tiene que tener unos puntos comunes que la convertirán en una marca sólida generando confianza a los usuarios. Se trata pues, de establecer unos patrones y unas directrices que sean identificativas de la marca, que la propia marca transmita los valores de la empresa y que sea capaz de tener versatilidad sin perder su propia esencia. Cuanto más se apueste por transmitir estos valores a la marca, mejor confianza creará y más credibilidad generará.

Coherencia

Una marca tiene que tener la misma coherencia en todos los canales que utiliza para estar en contacto con sus seguidores/consumidores. ¿Habéis visto a Coca-Cola cambiar de color en alguna publicidad suya? ¿no, verdad?. Pues de eso se trata la coherencia de la marca, de establecer los cimientos de la consistencia de manera visual, verbal, táctil, auditiva,... Respetar la coherencia de la marca es el primer paso para celebrar la consistencia de la misma. La coherencia de la marca tiene que transmitir la propuesta de valor de la marca, tiene que tener un criterio estético y respetarlo. Cuanto más respeto se le de a la coherencia de la marca, más respeto le tendrán los consumidores a la misma.

Evaluar la consistencia y la coherencia de una marca

¿Es posible testear la coherencia y la consistencia de una marca? La respuesta es sí y no. Al tratarse de conceptos intangibles, es complicado definir con valores numéricos estos conceptos. Pero aún así, podemos crear herramientas que nos ayuden a conocer el estado de una marca. Para ello tenemos que centrarnos en las dimensiones espacio/tiempo.

Se trata de examinar los canales por dónde 'ha viajado' la marca para reconocer sus puntos comunes, sus puntos débiles y saber si se está aplicando la coherencia y la consistencia en la misma. Tanto en los soportes donde se aplica la marca, como en la evolución de la misma durante un tiempo x.

Para empezar a evaluar el estado de una marca podemos crearnos una lista dónde resaltaremos los puntos comunes que la marca tiene que tener en todos los soportes en los que se usa, junto con el manual corporativo o libro de estilo que nos ayudará a determinar y a afinar las directrices de la misma. Por ejemplo: si los colores corporativos de la marca son verde y azul, tenemos que comprobar que hay una consistencia de color en todos los soportes de la misma. Para eso está el libro de estilo y que la marca y los soportes no acaben convertidos en un caos.

Una vez creada la lista puntuaremos en una escala de valores de A o B, por ejemplo si se cumplen los puntos que hemos descrito en la lista, siendo A un sí y B un no. Y el resultado se puede medir de manera fácil: mayoría A hay una buena aplicación de coherencia y consistencia de marca. Mayoría B, no se cumplen los requisitos. Si el resultado es 50% de A y B, es necesario repasar la estructura de la coherencia y consistencia de la marca.

Por poner un ejemplo:

¿Hay una mayor presencia de colores principales que de colores secundarios o colores acentos en las aplicaciones de mi marca? Si la respuesta es A, quiere decir que lo estamos haciendo bien. Si la respuesta es B, tenemos que analizar y encontrar la causa y mejorar las aplicaciones de la marca.

Y así sucesivamente con el resto de los ítems.

Como hemos dicho anteriormente, cuantificar valores como la consistencia y la coherencia no es fácil, pero una buena planificación y un esquema que nos ayude a mejorar nuestra marca hará que gane puntos en su público objetivo.

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